23 de enero Exo. 6,28-8,28 y Mar. 9,14-29
A veces nos sentimos menos que dignos de relacionarnos con los demás, especialmente si creemos (erróneamente) que el otro es más grande que nosotros porque tienen un título o habilidades que nosotros no poseemos, por lo tanto no me atrevo a relacionar. Moisés dice: "Como soy un pobre orador, ¿cómo es posible que Faraón me escuche?" Incluso Moisés no sintió que estaba preparado para la tarea de relacionarse. Dios conocía a Moisés, Dios nos conoce. Confía en tu relación con Dios. Al confiar en su relación con Dios, le permite compartir su amor con otros a través de su amor en palabras y hechos. Moisés confiará, y Dios ayudará a su pueblo a través de él. Si sientes que necesitas trabajar en tu relación con Dios, no estás solo. Nos inclinamos ante Dios. Con razón reconocemos su poder y poder supremos. Como cristianos católicos, sabemos que somos sus siervos, así que cuando entramos en la iglesia, hacemos una genuflexión, inclinamos nuestras cabezas, nos arrodillamos ante su presencia en la Eucaristía, y algunas veces cerramos los ojos con temor de quién está delante de nosotros. Todas las acciones que con razón hablan nuestra reverencia por lo que somos antes. Somos el pueblo de Dios Cuando humildemente nos presentamos, sepan que él ha venido a nosotros. Anhela estar con nosotros, para ayudarnos a encontrar la alegría y la bondad de la relación con él y con los demás. ¿Cuál sería la respuesta de Dios si le dijeras a él, "te amo"? Escucha su respuesta con el oído de tu corazón, "Te amo".
Tenemos en esta lectura de Marcos otra gran respuesta a Jesús. El padre del niño enfermo dice en respuesta al llamado de Jesús para tener fe, "¡Creo, ayuda mi incredulidad!" ¿Dios existe? ¿A Jesús realmente le importa? ¿Hay un cielo arriba? Señor, yo sí creo, ayuda mi incredulidad. Dudar es ser humano para creer es divino. No te desanimes por tus dudas, entrégalas a Jesús. Tú y yo no somos Dios. Él tomará nuestro yo que duda y nos sostendrá hasta que el miedo desaparezca. Yo sí creo, ayuda mi incredulidad.